jueves, 11 de agosto de 2016

El socialismo contra la solidaridad

Existen múltiples tipos de socialismo: el llamado socialismo real, como suelen denominar los socialistas de izquierda (marxistas) a su versión de socialismo, y otras múltiples modalidades de socialismo: la socialdemocracia, el fascismo y el nazismo, que también son versiones de éste).
«Esto no es socialismo» o «esto es un falso socialismo», son oraciones se oyen pronunciar a toda clase de gente y en especial a opositores políticos (y entre éstos, a disidentes de partidos de izquierda que se mantienen aún en el credo marxista), como juicios o afirmaciones acerca de la realidad que se vive en sus países, o bien acerca del desempeño y praxis de los gobiernos autodenominados socialistas que rigen en sus naciones. Dichos opositores además se atribuyen a sí mismos el representar la versión verdadera u original del socialismo.
De manera similar, oraciones como «aquello no fue socialismo» o «aquello fue un falso socialismo» se le oyen a quienes en el presente se autodenominan socialistas para referir a pasadas experiencias socialistas que fracasaron en conservar el poder político, ya que sólo en este último sentido es posible referir al mismo tiempo el fracaso y el socialismo sin ser redundantes.
He llegado a la conclusión de que la percepción de no vivir en socialismo se basa en vincular al socialismo con otras nociones con las que aparenta o se le ha hecho aparentar tener algunas semejanzas (sin que en realidad las tenga), y asociado a lo anterior, también en un total desconocimiento de lo que el socialismo en realidad es o más bien lo que los socialismos son (ya que junto al llamado socialismo real, como suelen denominar los socialistas de izquierda (marxistas) a su versión de socialismo, coexisten otras múltiples modalidades de socialismo como la socialdemocracia, el fascismo y el nazismo, que también son versiones de éste).
Es así que sin que medie más que la propaganda o simples dichos panfletarios lanzados por los «progresistas», se ha logrado asociar al socialismo con la solidaridad y por ende el ideal de militante socialista se vincula al desprendimiento material y al sacrificio individual por el bien colectivo.
Debiendo aclarar que la percepción deriva de declaraciones de principios que los socialistas-comunistas como Mao Tse-Tung hacen sobre sí mismos: «Allí donde hay lucha, hay sacrificios, y la muerte es cosa corriente, pero para nosotros, que tenemos la mente puesta en los intereses del pueblo y en los sufrimientos de la gran mayoría, es una muerte digna morir por el pueblo…»
Ahora bien, esa idílica visión es sólo el producto de los angélicos discursos y de etéreas declaraciones de intención de los teóricos y líderes del socialismo real (como el precitado Mao) y no es el resultado tangible y visible de las terroríficas experiencias que les ha tocado en la realidad padecer a los individuos, colectivos y pueblos que han tenido la desdicha de ver triunfar (convertirse en gobiernos) a las revueltas que han liderado personajes como el mencionado.
Como con todo ideal, algunos socialistas, individualmente considerados, sí pueden estar próximos a él y otros no. En efecto, algunos líderes socialistas han dado la vida por el bien de su causa o por la del líder, ya sea en el campo de batalla o en el patíbulo, como, por ejemplo, Ernesto -Che- Guevara, quien sin embargo antes de ser fusilado fusiló a muchos otros.
Sin embargo, morir por la causa no da valor moral a ninguna causa o idea colectivista sino que, por el contrario, a quien puede meritar es al individuo que se sacrifica. Y, en todo, caso lo que sí es indiscutibles es que tales sacrificios pueden ser de provecho para la causa, (y en menor medida para los líderes que ven en el heroísmo ajeno una amenaza a su prestigio individual).
Pero, volviendo a la idea anterior, dar la vida, parar en prisión o ir al exilio, son destinos que, además de los socialistas, también han padecido fascistas, socialdemócratas, monárquicos y anarquistas. Son riesgos siempre presentes en la política cuando no se está de acuerdo con las formas o reglas preestablecidas de acceso o transmisión del poder; y reiteramos los destinos antes señalados, en nada hacen loables a las ideas con las que comulgue quienes los padezcan.
Asimismo, puede que algunos socialistas practiquen modos de vida casi ascéticos, porque ven en la austeridad y en el compartir con el prójimo características del revolucionario. Pero, por otra parte, no es raro ver a líderes socialistas, funcionarios socialistas, que luego del asalto al poder político lleven vidas llenas de suntuosidad, y tampoco es extraño ver a la neo-oligarquía socialista compartir placeres con la antigua oligarquía e imitar sus prácticas, o simple y llanamente llevar un nivel de vida bastante superior al de los depauperados en cuyo nombre dicen luchar o sacrificarse. Y para concluir con este punto, tampoco es extraño que pese al real o imaginario ascetismo de algunos líderes socialistas, éstos permitan que su entorno –familiares y correligionarios– haga sacco del patrimonio público y también de los patrimonios privados de los vencidos al triunfar la revolución.
Sin embargo, no es la falta de correspondencia entre el ideal socialista y la ausencia de solidaridad-desprendimiento, y, por el contrario, la presencia de la disipación e incluso la rapacidad de algunos socialistas, lo que hace equivocada la asociación del socialismo como modo de organización social con la Solidaridad y el Desprendimiento. La ausencia de estos valores, o la presencia del desenfreno, el despilfarro y el robo, no son rasgos que estén reñidos con el socialismo.
Expliquemos lo anterior. Se define la solidaridad como la «Adhesión circunstancial a la causa de otro», y debemos aceptar que la noción de solidaridad implica o supone la libre voluntad de ser solidario; sino habría que entender la existencia de una la noción de solidaridad amplia, que incluiría una forma de solidaridad libre y voluntaria; y otra dicotómica solidaridad que vendría a ser forzada. Por lo cual, tendríamos que aceptar el absurdo  de que entregar algún bien a un ladrón que nos amenaza, es un acto de solidaridad.
Para dotar a la neutra definición de solidaridad de algún contenido moral deberíamos entender que dicha «adhesión circunstancial a la causa de otro», se materializa cooperando o colaborando con el otro, con nuestro esfuerzo o bien compartiendo nuestros bienes y de manera voluntaria. Como decía Quevedo: «La limosna es obra pía si se hace de dinero propio; mas si (lo que Dios no quiere) se hiciese de dinero ajeno, sería obra cruel».
El socialismo es, pues, un concepto que nada tiene que ver con lo anterior. Por socialismo se entiende un: «Sistema de organización social y económica basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y distribución de los bienes» (DRAE). No obstante, que la previa definición no proviene del marxismo, ella no difiere de las definiciones del socialismo que sí tienen ese origen: «…la base económica del socialismo radica en la propiedad social sobre los medios de producción en sus dos formas –la estatal (de todo el pueblo) y la cooperativo koljosiana–,…» (Borísov, Marárova y Zhamin).
Ahora, ¿cómo ha de ser la organización socialista? ¿Qué y cuánto será sometido a propiedad o administración colectiva? Y, por tanto, ¿quién será expropiado? ¿Quién será ese «otro» con quien se practicará algo de la supuesta «solidaridad» que se le atribuye al socialismo? ¿Y cuáles las justificaciones o causas que invocarán los socialistas para hacer lo anterior? Pues bien, en esto es en lo que difieran los modelos o tipos de socialismos; que tal como nos los señala el mismo (DRAE) pueden tener «diversos matices». Matices que siempre implicaran, en mayor o menor medida, a veces la confiscación de bienes en modo absoluto (definición de bienes como públicos) o de manera particular (expropiación por causa de utilidad pública) a sus eventuales o concretos propietarios.
Por ejemplo, el socialismo real apela a las causas del proletariado y del campesinado, al supuesto conflicto de aquellas clases con la burguesía, puede ser internacionalista y recurre a la violencia revolucionaria como mecanismo de acenso al poder político y postula la supresión de la propiedad privada de los medios de producción; por otra parte, la socialdemocracia apela a las causas del proletariado y del campesinado, puede no invocar el conflicto de aquellas clases con la burguesía, puede ser internacionalista o nacionalista, y recurre a la vía electoral como mecanismo de acenso al poder político y no postula la supresión total de la propiedad privada de los medios de producción; por último, los fascismos apelan a las causas del pueblo o de la nación, por ende son nacionalistas y chauvinistas, y pueden recurrir a la violencia revolucionaria o la vía electoral como mecanismos de acenso al poder político y no postula la supresión total de la propiedad privada de los medios de producción.
Así pues, hay socialismos para todos los gustos: socialismos para los que abogan por las causas del tercer mundo –anticolonialistas y/o indigenistas– (y el marxismo no es uno de ellos), y socialismos eurocéntricos y racistas que reivindican el civilizar a los salvajes (y contrario a los que los progres creen, el marxismo sí es uno de ellos); socialismos para los que abogan por las causas ambientales y ecológicas (y el marxismo no es uno de ello), y socialismos mecanicistas e industrialistas (y contrario a los que los rojos creen, el marxismo sí es uno de ellos); socialismos para los que abogan por las libertades de las minorías sexuales (y el marxismo no es uno de ello), y socialismos que ven en dichas libertades la depravación y la perversidad (y contrario a los que los rojillos creen, el marxismo sí es uno de ellos).
En relación con la anterior, hay que dejar en claro que toda ideología que promueva la necesidad de la gestión estatal de algún bien cualquiera que este sea o de un medio de producción, en nombre de la causa que sea es una ideología socialista. Por lo que, incluso el llamado liberalismo clásico, el conservadurismo e incluso el monarquismo son formas tenues de socialismo.
Como se puede notar, no hay en el amplio espectro de los socialismos atisbo alguno que suponga o implique la presencia de los valores solidaridad, caridad, piedad o de ningún otro valor ético que guarde relación con la libertad.
Además, a diferencia de la solidaridad que se materializa en actos libres y voluntarios por los que se comparte lo propio o lo que se ha obtenido legítimamente. En el socialismo o en los socialismos hay actos de repartición, apropiación y redistribución forzada e impuesta de bienes ajenos (robos), ello con diversos grados de violencia, la cual es, por lo demás, indispensable.
En tal sentido, las nociones solidaridad y socialismo no sólo son diferentes sino que además son antagónicas, ya que al ser privado un individuo de su propiedad –y en la medida que tal privación sea más extrema– en menor proporción podrá practicar actos de solidaridad que le impliquen desprendimiento material; en el socialismo total el desvalido no cuenta con la posibilidad de la caridad de sus semejantes, su única esperanza es la piedad de los burócratas.
Por todo lo anterior, expresiones como «solidaridad socialista» o «socialismo solidario», son contradicciones en términos, aunque los vocablos que las componen estén más o menos próximos en los diccionarios.
Otra de las razones que inducen a decir «esto no es socialismo» o «esto es un falso socialismo», y a creer que existe alguna relación entre el valor solidaridad (o las virtudes teologales) y el socialismo (en particular el llamado socialismo real, siendo el adjetivo «real» como todos los adjetivos la evidencia, de que hay varias versiones del sustantivo), es que, los adeptos de esta versión de socialismo postulan que ella «es el peldaño previo al comunismo». El cual, además, vendría a ser la versión terrenal y científica de los arcanos paraísos religioso-teístas. Ahora bien, esta es una confusión que al igual que el «ideal de hombre socialista», tiene su origen en angélicos discursos y en etéreas declaraciones de intención de los teóricos y líderes del socialismo: palabras, sólo palabras. Los hechos son bien distintos.
En el socialismo real (en tanto peldaño previo al comunismo), el catálogo de los medios de producción es extensísimo, y por tanto la expropiación es total y la gestión central es absoluta (y como lo explicábamos antes, ello imposibilita la solidaridad individual). Pero además, el resultado derivado e inevitable de la administración colectivizada, centralizada y coactiva es por regla general el desastre (ello es evidente y las causas no las explicaremos acá). Basta dar vista a la historia de la humanidad para comprobar que en la medida que el socialismo es más amplio y total, las vidas de los que viven bajo él se hacen más próximas a experiencias de vida en el infierno: escasez, arbitrariedad, abuso, desesperanza; todos ellos son sustantivos a los que se pueden agregar otros más con connotación negativa para describir las consecuencias del socialismo.
En relación con lo anterior, vale la pena aclarar que todos los socialismos (no sólo el llamado socialismo real) tienen vocación totalitaria o el germen del totalitarismo. Una de las causas de esto se ha podido experimentar en Venezuela: cuando las medidas socialistas fallan (lo que siempre pasa), los socialistas nunca entienden o rara vez concluyen que los fracasos son el resultado de las carencias endógenas y sistémicas del socialismo como modelo de organización social (porque concluir en esto, para ellos implicaría abrir espacios a la libertad individual, en perjuicio de sus cuotas de poder). Por el contrario, siempre las achacan a errores o perversidades de los humanos que no se identifican con el modelo del hombre nuevo socialista.
Es así que, los socialistas, ante las fallas de su modelo y con «fatal arrogancia» agregan más socialismo, ante las fallas de los controles coactivos (que obligan a los individuos a conductas antinaturales y contrarias a la libertad) agregan más controles coactivos al punto de la irracionalidad, como por ejemplo el simple hecho de poder comprar productos básicos un día a la semana de acuerdo al número final del documento de identidad, o tener que llevar a las tiendas los certificados de nacimiento para poder comprar pañales o fórmulas lácteas para bebes.
Entonces, a menos que seamos cándidos o nos queramos mantener en una ignorancia que le hace juego y colabora con los enemigos de la libertad, o, peor aún, que seamos socialistas, debemos dejar de decir: «Esto no es socialismo» o «esto es un falso socialismo».

Referencias:
Biao, L. (comp.) (1972). Citas del Presidente Mao Tse-Tung. Pekín: Ediciones en Lenguas Extranjeras.
Borisov, E. F., Zhamin, V. A., Makárov, M. F. y otros. (2006). Diccionario de Economía Política. Bogotá: Gráficas Modernas.
Quevedo, F. (1995). Obras jocosas. Madrid: M. E. Editores.
Real Academia Española. (2014). Diccionario de la lengua española. 23ª edición. Madrid.

lunes, 29 de junio de 2015

Empresarios Socialistas: Los Falsos Empresarios. ¿Quiénes Son?

No son lo mismo los Empresarios Socialistas que los Otros Empresarios Socialistas

El título de este escrito, podría hacer pensar que nos vamos a referir a personajes devenidos a empresarios, gracias a que algún compadre o amigo, logró previamente enchufarse en un cargo importante en el gobierno socialista.
Personajes que -aun estando desprovistos de talento empresarial– se convierten de la noche a la mañana en multimillonarios, sin antes haber acumulado algo producto del trabajo, esfuerzo o inversión; sino más bien, teniendo solo por bien de capital´contactos´ e ´influencias´ y claro, el indispensable ´maletín´. Sujetos que se convierten al amparo y cobijo de algún familiar ´ministro´ en: constructores, importadores, incluso banqueros y criadores de caballos de carreras; a los que tristemente el lenguaje satírico-político venezolano ha venido en llamar ´bolichicos´, aunque algunos no sean tan imberbes como Arné Chacón Escamillo, el hermano Jessy.
Pero no, nuestro escrito se refiere más bien a otro tipo de empresarios, -a unos afectos a un tipo de socialismo, al que se le suele edulcorar llamándolo socialdemocracia-, unos de una categoría más peligrosa, porque éstos bajo una cubierta inocente -cara de corn flakes-, un aspecto emprendedor e incluso un aparente discurso pro-libertad, esconden sutilmente desviaciones igual de nocivas a las de los primeros. Para hablar sobre ellos hay que hacer una breve introducción:

La Historia reciente, un incidente y unas palabras:

Hace unos días, un connotado empresario venezolano le solicitaba al gobierno ´el ajuste del precio justo´ de uno de los ´productos regulados´ que su empresa provee y que el gobierno ha calificado como de ´primera necesidad´. Y ya que, en los últimos tiempos los ´esperanzadores´ comentarios de este hombre de industria, se toman como referentes, por algunos que dicen luchar por la libertad y oponerse al socialismo; nos vemos obligados a comentar las anteriores palabras. Porque las mismas -más que parecer parte de un discurso liberal- más bien revelan que quien las pronunció está en el mismo campo dialéctico del gobierno socialista. Sin embargo, quizá hay quien podría darle el beneficio de la duda y preguntarse si en verdad quien las dice, cree en un sistema de profundas libertades económicas o no.

Confusiones, candidez e inocencia

Inocentemente, muchos creen que los políticos deberían comportarse como los empresarios. La inocencia de tal idea está en que -contrario a lo que ellos piensan- los políticos ´sí´ se comportan de un modo bastante similar a los empresarios –y viceversa-. Solo que en la búsqueda del éxito, los políticos compiten por votos «preferencia de los electores» y los empresarios compiten por la preferencia del mercado «preferencia de los consumidores». Por tanto, no hay una diferencia esencial entre el humano político y el humano empresario; la diferencia profunda que sí existe, es entre el sistema de mercado y el sistema político.
Por ejemplo: un sistema libre de mercado expulsa fácil y rápidamente a un empresario  y a su producto cuando pierde la preferencia del público (experiencia por demás desagradable para el empresario), pero lo mismo no pasa con los políticos y sus ideas, porque la arquitectura institucional opera como un permanente LOPERAN evitando o retrasando la purga de los elementos políticos nocivos a la sociedad (por lo que no faltan ´gentes de negocios´ que busque algo del ´estable confort´ que da el hábitat político).

Más confusiones, más candidez y más inocencia

Ahora bien, muchos de los que tienen la anterior creencia, también desean que los políticos no se inmiscuyan en la economía (deseo que compartimos), pero aspiran cándidamente –e incluso ven novedoso y beneficioso- que algunos empresarios participen de la política.
Sin embargo, les debemos despertar y decirles que: 1.- la noción no tiene nada de original, ya que muchos de los que se hace llamar empresarios ´sí´ se inmiscuyen en la política; y 2.- la idea es tan nefasta, perversa y corrupta «como la corrupción tradicional» ya que al final lo único que buscan estos empresarios ´exploradores´ de la política, es tener las ilegitimas ventajas que el aparato coactivo del Estado les puede proporcionar como: eliminar competencia y acceso preferente o fácil a factores de producción «la más ´inocente´ de ellas quizá: la construcción -con fondos públicos- de infraestructuras que facilite la actividad empresarial». (Acciones estas últimas tan reprobables e inmorales a las de los odiados bolichicos y enchufados).

Las historias olvidadas del ´otro socialismo´

No es muy difundido en la actualidad, pero en tiempos pasados, el que en nuestro país un producto de consumo fuera calificado como de ´primera necesidad´, no resultabaper se para su productor la maldición que es ahora. Por el contrario, significaba para estos ´empresarios´ apetecibles privilegios por parte del gobierno, como por ejemplo: asignación de divisas preferenciales, obtención de créditos blandos, regímenes tributarios especiales, subsidios, rescates financieros, entre otros beneficios eufemísticamente llamados ´Fomentos Estatales´ (cuya moralidad y pertinencia económica ridiculizó genialmente Frederic Bastiat).
Lo anterior sin duda suena similar a los beneficios –Misiones Sociales- que el socialismo en su versión actual promueve, sólo que a una escala diferente. Por eso, nosotros preferimos llamar a los ´Fomentos Estatales´ como ´Misiones Empresariales Chanchulleras´ o las ´Misiones de la 4ta República´. No está de más está decir, que abundaban ´empresarios´ gustosos de aceptar e incluso de solicitar a los políticos dichos ´Fomentos´, aún a cambio de tolerar las hoy odiosas regulaciones de precios.

Fin: Los otros empresarios socialistas hoy, amigos, hipocresía, lenguaje y fábulas

Estos ´Otros Empresarios Socialistas´, promotores políticos y beneficiarios económicos del anterior sistema socialista de fraudulentas ´Misiones Empresariales Chanchulleras´, nunca en verdad fueron, ni son actualmente promotores de las libertades económicas; y solo critican las regulaciones cuando estas les son adversas y los descapitalizan.
Por eso hoy, -para no evidenciarse como hipócritas o incoherentes- en el lenguaje de los´Otros Empresarios Socialistas´ al referirse de las ´Misiones Sociales´, nunca están presentes las palabras ´eliminación´´supresión´, ni siquiera ´reducción´; ellos siempre hablan de ´mejoras´. Tampoco hablan jamás de ´liberar´ precios o mercados, siempre prefieren decir ´ajustar´ o ´flexibilizar´.
Y al igual que sus hermanos y compañeros políticos, se les puede fácilmente reconocer porque acostumbran a  pronunciar expresiones estúpidamente absurdas como: ´falso socialismo´´supuesto socialismo´´mejorar el socialismo´ y ´socialismos buenos´; las que les encanta incorporar si están hablando de Brasil y Chile o cuando les da por narrar fábulas escandinavas.

domingo, 21 de junio de 2015

Eva Golinger y los Nexos Causales de la Muerte

La sin par Eva Golinger, la chica -con un perfecto y amplio vocabulario y una sintaxis que sería envidia de un académico, y aun así con castellano que suena machacao ¿extraño no?- que recorre el mundo abogando por el proceso, nos sorprendió hace una semana con la historia de que Yonny Bolivar -alias Capitán Bolívar (el presunto asesino de Adriana Urquiola)- intentó violarla hace unos años atrás. La revelación contenida en 140 cuarenta caracteres de un twiter, nos impresionó a muchos, generó revuelo y preguntas.
Algunas de las interrogantes le fueron planteadas inmediatamente en la misma red social y allí mismo las respondió. Particularmente me llamó la atención que luego de que alguien le espetara: ¿Por qué revela el hecho tanto tiempo después? Ella responda (con una ortografía desprovista de acentos ortográficos –con la cual seguro intenta imitar su forma de hablar la lengua de Cervantes):"Qué ella denunció el hecho y que el tipo estuvo preso" luego completa: "Quien(sic) sabe como(sic) logro(sic) salir de la cárcel después".
Esta respuesta sin duda creo que molesta a muchos; ya que es contradictorio que alguien pretende presentarse como profunda conocedora de la realidad venezolana, y se diga venezolana, aunque más bien yo diría antigua habitual visitante del país –porque ahora parece preferir Nueva York-, ignore cómo los asesinos, sicarios, los violadores y los corruptos logran evadir tan fácilmente el "sistema" justicia venezolano. Por lo cual creo: que ante la confesión de tal ignorancia, en un tema que cualquiera en el país tiene profundo conocimiento y vivencia "en carne propia", la famosa opinadora debería dejar tal ocupación –en lo que respecta a la realidad venezolana-.
Para mayor asombro, Eva Golinger luego nos revela los detalles de cómo casi fue violada. Ella que siempre nos trató de convencer de las bondades del gobierno, nos ratifica –ya que todos acá lo sabemos- en medio de su relato: Que es perfectamente posible que en una cárcel venezolana un reo pueda tener libres comunicaciones con el exterior, planificar delitos y dirigir bandas criminales e incluso raptar mujeres para violarlas dentro de la propia cárcel con la complicidad de las autoridades penitenciarias. Hecho que por suerte no se consumó en ella pero si con otras mujeres, entre ellas una periodista de VTV.
Pero incluso te digo más Eva: no es raro que en los centros de detención los reos tengan facilidades para salir a delinquir, incluso acompañados en sus tropelías por los funcionarios que supuestamente los deben custodiar. Eva, Eva, Eva te cuento no hay un ciudadano venezolano que no haya sido víctima directa o indirecta de un crimen o delito, no es raro cualquiera pueda referir que le han asesinado algún familiar, o amigo -incluso varios de ellos-. Eva no sé si sabes que un alto porcentaje de eso crimines no son resueltos policialmente y claro en menor porcentaje hay condenas para los responsables. ¡Eva qué bueno que denunciaste¡ porque sabes: La mayoría de los venezolanos no; ya que es demasiado riesgoso, porque no es raro que quien te reciba la denuncia esté asociado a los delincuentes.
Eva si ya has perdido un poco la candidez, creo que estarás de acuerdo conmigo en que: quien te intentó violar solo fue capturado porque estaba en otro país; y que si en efecto es juzgado lo será por el hecho de que la víctima estaba embarazada, era una figura pública y que prestaba un servicio a un colectivo de personas discapacitados.(Razones por las que permitir que su caso ingrese a las altas estadísticas de impunidad, sería una vergüenza política).
Sin embargo, percibo Eva –y me alegra-, que si tienes una correcta apreciación sobre la relación causal: Yhonny Bolívar –alias Capitan Bolívar- y la muerte de Adriana Urquiola y su bebe nonato. Creo que tu lo entiendes así: (Yhonny Bolivar mató a Adriana Urquiola) punto.
No obstante, lo evidente del nexo causal entre la acción de Yhonny Bolivar y la muerte de Adriana Urquiola, Eva, hay quienes al igual que en otros casos, tratan de encontrar las relaciones causales y las responsabilidades en otros lugares –donde por cierto no las hay-. Así pues, recientemente Nicolás -el albaceas del caos- refería: "Sí no hubiera habido guarimbas Adríana Urquiola estaría viva". Aunque todos pensemos más bien: "Si no hubiera estado libre Yhonny Bolívar, Adriana Urquiola y su bebe estarían vivos".
Pero así es la epistemología en esta "fase putrefacta del proceso" y su interpretación de los nexos y relaciones causales. Toda consecuencia y resultado adverso le es ajeno: La escasez es por la guerra económica; la inseguridad es causada por el paramilitarismo colombiano infiltrado; y la más original de todas: la corrupción se debe a la mentalidad capitalista –por lo cual debemos pensar que una larga caterva de personajes: ministros, gobernadores, diputados, generales que se corrompieron y nos fueron vendidos por el mismo Chávez como socialistas en verdad no lo eran -; y así pues con todo.
No obstante, pese a la facilidad casi milagrosa de encontrar las causas de todo o inventarlas; otra cosa es la hermenéutica de la alta dirigencia: jamás encuentra dar con el remedio del caos. Por lo que, si el gobierno fuese una persona, no lograría sobrevivir a un día de trabajo, en el que el jefe fuese de aquellos tipos que dicen: "no me traigas problemas y me expliques sus causas… dame soluciones…".
Ya por último Eva, has dicho que nunca más serás víctima de quien te quiso violar. Seguro tienes razón, porque, aunque tú afirmas que eres venezolana -pero hablas machacao como musiú, para que a nadie se le olvide quien en verdad eres-, no dudo tienes un pasaporte azul con un escudo con forma de águila que te dio el gobierno al que tanto denigras, pero a cuyo amparo no vacilaras en correr como todos los gringos cuando la cosa se ponga fea en el tercer mundo. Tal vez sí fueras coherente renunciarías a él. Tal vez si hubieras sido coherente en denunciar públicamente el mal, aun a costa del prestigio del gobierno, quizá Eva, Adriana Urquiola estaría viva, tú que tal vez compartes esa epistemología del gobierno ¿qué opinas?.

sábado, 13 de junio de 2015

Ostentaciones Y Disociaciones Socialistas: Un Socialista Siempre Presume De Lujos Que Paga Con Dinero Ajeno

Ostentaciones Y Disociaciones Socialistas 

Un Socialista Siempre Presume De Lujos Que Paga Con Dinero Ajeno 

Muchos de los que creen que el éxito de algunos se debe a las desgracias de otros –cosa que es verdad en el caso de la esclavitud u otras formas de robo- pueden tener la imagen de que un individuo próspero es un tipo que está sentado sobre una gran cantidad de dinero, bebiendo brandy mientras se fuma un gigantesco cigarro que prendió con un billete de máxima denominación.
El personaje bien se podría parecer a aquel individuo que “vendió de contado”, y que se ilustra en el famoso cartel que muchos comerciantes ponen sobre sus cajas registradoras, el cual muestra a dos tipos: uno flaco y decadente y a otro gordo y opulento. Imagen por demás contradictoria -o por lo menos errónea- ya que todos sabemos que el crédito es una práctica beneficiosa y común en el comercio.
Así pues, en nuestras cabezas se pueden instalar imágenes que están totalmente disociadas de la idea que pretenden representar; también en nuestras mentes las nociones en ella fijadas llegan a tener atributos que en la realidad no poseen. Por ejemplo: hay quienes erróneamente creen que la ostentación es un rasgo del éxito o de la riqueza y además del capitalismo. Sin embargo, la ostentación suele ser una evidencia de estupidez más que de otra cosa. Quienes tienen riquezas -de veras- producto del trabajo honesto y de la constancia en la vida, suelen ser discretos y además frugales en relación a las fortunas que poseen; cuando se dan algún lujo no hacen alarde de ello. Por regla general no se verá a esta categoría de gente refiriendo: que tomó champaña la noche anterior o narrando sus viajes. Y en alguna medida el conducirse de esa manera, es una de las  bases de su prosperidad.
Por el contrario, normalmente a quienes la providencia no les dota de cerebro, pero logran tener la suerte de algunas riquezas súbitas, las que por lo general también suelen ser transitorias –como la de ganar la lotería, o dar un buen golpe- son los que acostumbran hacer ostentación del dinero. Estas personas -cuando se dan un lujo o algún un gusto- lo tratan de difundir lo más posible entre sus semejantes y mientras más precarias fueron sus vidas, más muestran al público los hechos que para ellos antes resultaban extraordinarios. Verbigracia cualquier regetonero.
Una vez, alguien que vivió en la pobreza me narró sobre un sujeto -conocido suyo- que cuando comía carne de primera en el almuerzo no podía esperar a la noche para contárselo a la mayor cantidad posible de sus vecinos y conocidos, además se los recordaba por varios días y para colmo disfrutaba hacer alarde del hecho en presencia de quienes estaban en peor situación a la suya. Algo así como Kiko -el personaje del Chavo- con la recurrente situación de la paleta de dulce.
No pude evitar recordar la precitada historia, el 30 de mayo de este año. Aquel día, en un acto de los que el régimen transmite en cadena de radio y televisión; el heredero del eterno líder refirió sus peripecias por la China. Así pues -entre otras cosas- tuvimos la dicha de compartir con él -por lo menos auditivamente- sus rutinas turístico-alimentarias en la capital del milenario país.
Inmersa en una disociación causada de seguro por el poder, se refiere que María Antonieta de Austria, dijo una vez: “si no tienen pan, que coman pastel”. Semejante expresión que esperaríamos quizá oír de una reina encapsulada en un palacio, no parecería poder ser imitada y menos superada por un revolucionario humanista. Sin embargo, sí puede ocurrir ya que mientras más extrema resulta la realidad, de la que es víctima la mayoría de los habitantes del país, más disociada se encuentra la clase socialista dirigente de la caótica realidad que ellos han creado.
Por ejemplo: mientras el parque automotor privado y colectivo se hace pedazos, el líder socialista no duda en fletar un avión para recorrer el mundo con su séquito, supuestamente para pedir plata que de seguro no le prestarán -y que de obtener, se dilapidará- o acudir a entierros de gente que no conoce y cuyos deudos seguro le desprecian.
También, si a miles de ciudadanos -nuestros familiares y vecinos- les arrebatan sus vidas para robarles un carro, un teléfono, los medios de propaganda socialistas prefieren tratar que nos escandalicemos por muertes que ocurren en las antípodas. Y por ultimo, mientras la mayoría de la población se humilla en una cola o lucha obtener un kilogramo de carne -el cual fácilmente vale más del diez por ciento (10%) del ingreso mensual promedio-, el presidente habla en cadena nacional sobre sus experiencias gastronómicas por Pekín.
Así que, mientras el régimen socialista trata de vencer en la guerra económica, “si no pueden encontrar pollo, coman Pato Laqueado”.

Publicado en IFrevistadigital

sábado, 2 de mayo de 2015

El Condómino Maldito, el hábitat de los Socialistas sin Cabeza. (Un símil sobre nuestro Estado)

Imaginemos el preludio de esta historia…: trabajamos y con mucho esfuerzo hemos ahorrado; nos encontramos alegres, porque pronto, luego de varios años vamos a ser dueños de un hogar –un pequeño apartamento tipo estudio, la materialización de nuestros sacrificios y privaciones-. Pero luego de mudarnos, y traer nuestras cosas, -cual película de terror-, despertarnos en el “condominio maldito”. El cual gracias a la legislación socialista, es bastante parecido a muchos condominios de nuestro país.

Al amanecer, nos damos cuenta que nuestra anterior felicidad, fue un sueño. No estamos allí por propia voluntad, la verdad es que estamos obligados a vivir en este lugar, bajo unas raras condiciones, en razón de un imaginario y contradictorio pacto que no suscribimos.

En el condominio maldito, al vigilante de la entrada, poco le importa que entren intrusos o delincuentes a nuestro hogar; él está siempre más interesado en vigilarnos, incluso hace preguntas sobre dónde compramos la comida, cuánto nos costó. O por qué no llegamos a dormir la semana pasada, y qué era “ese” olor que sintió la otra noche....

Luego de interrogarnos, de modo socarrón nos dice: “simpática la tipa del 4F, pero no tanto como su mujer…”, por lo que lamentamos, no vivir en una sociedad más “atrasada”, en la que sea posible cegarlo y cortarle la lengua, o simplemente hacer un colador de él.

Pero lamentablemente en el condominio maldito están reguladas las armas: no las podemos tener en nuestras propiedades, menos portarlas en las áreas comunes y ni hablar de usarlas contra alguien que sea la autoridad, aunque nos haya gravemente ofendido. Cuando salimos, el vigilante maldito, de condómino maldito incluso está facultado para decirnos: “No llegue después de las 9pm”.

Este homínido, tiene su equivalente en el Estado, y se le acostumbra a llamar funcionario de policía; casi siempre tiene una configuración básica, la que es una mezcla de delincuente con fanático de alguna religión atrasada (configuración a la cual a veces se le puede instalar como accesorios, valores individuales como el heroísmo y el sacrificio, sobre todo si se va a emplear como guardaespaldas de alguien “importante”).

Para hacer mejor su trabajo, el vigilante cuenta la colaboración de la conserje. Quien en el condominio maldito, en vez de cumplir con sus obligaciones naturales –limpiar y mantener en buen estado las cosas del edificio-, prefiere servir de psicoterapista educativa, consejera matrimonial o cuidadora de niños.

En este condominio, pese a que la conserje no limpia en la áreas comunes, el administrador ha decidido: 1.- que ésta también limpiará los apartamentos –lo cual hará deficientemente o simplemente no hará- y 2.- que además sus propietarios tiene prohibido hacerlo; quienes por el contrario y absurdamente deberán participar activamente con la conserje en la limpieza del edificio. (En todo caso, el administrador está pensando en crear una vice-conserjería)

Cuando, vas de salida, varios vecinos te dicen que: como tienes un carro grande, y trabajas por tu cuenta –lo que según ellos significa que no tienes la obligación de llegar temprano a ninguna parte-. Debes –porque el administrador lo ha ordenado en nombre de la fraternidad-, llevar a sus hijos a la escuela. -Luego no tardas mucho en averiguar, que el administrador consiguió ser electo con los votos de “esos” vecinos-.

Al llegar en la tarde, te encuentras con un acta de asamblea de condominio, la cual se celebró secretamente y sin tu participación, mediante la que se le dieron “poderes habilitantes” al administrador –un sujeto que trabaja como asesor en el ministerio del poder popular para la felicidad de las flores y la preservación de los cometas, a quien bautizaremos como el socialista sin cabeza-. Le comentas el hecho a tu mujer y al vecino de al lado, el cual supuestamente también anda medio arrecho como tú; pero ambos te dicen que: es mejor no preocuparse, dejar eso así, que la situación se arreglará en el futuro y que en unos meses habrán elecciones.

Pero a la siguiente semana, encuentras una disposición del administrador -con rango y fuerza de asamblea de propietarios-, mediante la cual se aumenta la contribución para los gastos comunes, (pero sólo a las personas con ingresos altos), -categoría de la que tú formas parte, según la información aportada al administrador, por el vigilante, la conserje y otros vecinos cooperantes de la contraloría social del condominio maldito-.

Dichos fondos adicionales supuestamente serán utilizados para el desarrollo integral del condominio, con lo cual tu conjunto residencial  se convertirá en un edificio potencia en la ciudad.

No obstante, el edificio empieza a parecer una pocilga y la entrada se convierte el refugio de los huelepegas de la calle. Sin embargo, el presidente de la junta de condominio que se encuentra desempleado, logra ponerle el motor que le faltaba a su carro, y la mujer del administrador se implanta 600cc en cada teta.

El resto del dinero se usa para reformar la imagen del condominio, es decir: los avisos, los letreros y papelería con un nuevo logotipo. Además, con un préstamo se financia una gira del administrador por unos condominios en la Isla de Margarita; la cual se realiza para celebrar unos convenios de cooperación inter-condomiales y además obtener nuevos préstamos de condominios aliados.

Pese a estar desempleado y haber puesto en funcionamiento su vehículo –y ser un hombre de alta sensibilidad social-, el presidente del condominio maldito, -por razones de seguridad- no lleva a nadie en su carro. Pero, para aliviar la situación de los vecinos ha decidido regular el precios de los taxis que entren al edificio; por lo que ningún taxi ha vuelto a pisar el lugar y ahora hay que caminar cinco cuadras antes de poder tomar uno.

Dada la situación, un buen día decides que te quieres ir, y pones a la venta tu apartamento. (Ya que supuestamente forma parte de tu patrimonio), pero no hay quien quiera vivir allí y nadie te lo quiere comprar a menos que sea a un precio muy bajo; aun así, encuentras a un comprador.

Sin embargo, resulta que el condominio maldito te dice que no lo puedes vender, sino: a un precio –justo- incluso más bajo al que has negociado; a quien el administrador te diga y que además te van a pagar con “condominiales fuertes” una moneda que el administrador imprime fotocopiando billetes de monopolio y que además sólo se puede usar en el edificio, para comprar la escasa comida regulada que hace la conserje y unas artesanías que elaboran unos hipies que “okuparon” el apartamento de un infeliz, que decidió irse antes que tú.

Aun así, decides mandarlo todo al carajo, y ya que aun tienes unos ahorros, igual te vas y escapas. Pero un buen días en tu nuevo lugar, oyes unos acordes de guitarra que te recuerdan una canción que “alguien” oía. Luego ves bajo la axilas de alguien un libro que se parece a un libro que “alguien” leía. Por último escuchas a alguien decir que: “la solidaridad es una obligación…”, asimismo como “alguien” decía.


Entonces te das cuenta que su presencia… es fuerte en las mentes de los que tienen miedo a la responsabilidad de ser libres… y que no importa el lugar… es fácil que todo vuelva a empezar...